Desde muy joven supo que su camino estaba detrás de un micrófono, y, en seguida, descubrió su carrera en el mundo de la conducción de eventos.
Daiana Coronel Villa Boleggi es una gran profesional que tiene la capacidad de adaptarse a los diferentes públicos a los que se expone.
¿Cómo conseguiste tu primer trabajo?
Siempre digo que fue un poco de casualidad y un poco de caradura. Yo hacía poco que había empezado a estudiar en el ISER y, Jorge Sikorsky, un gran locutor de ceremonial y protocolo (entre otros), que era mi profesor de música en la escuela y me había preparado para rendir el ingreso a la carrera, me llamó por teléfono y me dijo que tenía una conducción, que no podía ir y si yo podía reemplazarlo. Yo no tenía la más pálida idea de cómo se conducía un evento, pero obvio que dije que sí. Si él que era un genio en eso, creía que yo podía, ¡no lo iba a estar contradiciendo!
Así que recuerdo que por teléfono me dijo cómo tenía que hacerlo, me pasó unos tips -que me quedaron para toda la carrera, como “nunca pidas un aplauso, los aplausos se piden con la entonación”-, me preguntó si tenía un traje, me comentó que iba a ir el intendente, me pasó la dirección y cortó.
Así fui a ese primer acto, que encima era político, un ambiente complicado, con mi traje y mis 19 años, haciéndome la que la tenía clarísima aunque por dentro estaba muerta de nervios. Por suerte, la conducción salió súper bien y fue la primera de muchísimas más.
¿Cómo te preparás en la previa para conducir un evento y cuál es luego tu rol como locutora?
La previa de una conducción empieza unos cuantos días antes para mí. Yo siempre pido el guión con antelación, aunque en las conducciones siempre se modifica todo a último momento. Una vez con el guión, reviso todo, si hay alguna marca o nombre que me genera dudas, me lo anoto para consultar antes de subir al escenario y evitar una equivocación; si hay palabras en otro idioma que no conozco mucho, checkeo la pronunciación. Trato de llegar al día del acto con todo preparado y no confiarme.
Siempre me cuido la voz, pero los días previos, más aún. Vocalizo antes de salir de casa y llego una hora antes, ¿exagerada? puede ser, pero prefiero llegar tranquila, probar sonido, revisar el guión que seguro cambió, conocer el escenario, saber por dónde voy a subir y bajar, dónde va a estar la gente que presente, conocer todos los detalles, sobre todo si es la primera vez que hago ese acto en ese lugar. Es muy importante ocuparte vos de los pormenores, no esperar que te solucionen todo o que tengan todo preparado, porque, por lo general, ellos no saben mucho qué necesitás. Por eso, hay que tomar la iniciativa, teniendo en cuenta que si algo falla, la que da la cara sos vos.
Mi rol como locutora puede variar según el evento, pero por lo general es el de presentar el acto, a los participantes, los auspiciantes, “dar la palabra” a los speakers. En algunos casos se limita a eso, en otros es el de llevar todo el evento adelante, por eso, es importante tener un guión (si no me lo dan, lo armo yo en una hoja para tener un orden).
¿Qué hacés en caso de un error frente al público?
¡Seguir adelante! Somos humanos, nos podemos equivocar. Yo soy muy autoexigente y me da una rabia terrible si me equivoco en algo, pero puede pasar. Me ha pasado e incluso sucede que alguien no te avisa de un cambio de último momento y quedás expuesta. Eso es lo que tiene la conducción de eventos, estás ahí frente a frente con la gente, todos mirándote y prestándote atención. Es un silencio y un nivel de observación que tenés que saber manejar para no ponerte nerviosa ni hacer una cara que te deje en evidencia. Básicamente respirás y seguís adelante con una sonrisa, a veces nadie se dio cuenta más que vos.
¿Qué debe tener en cuenta un locutor cuando lo llaman para un evento?
Yo siempre pregunto por la magnitud del evento, dónde se va a hacer, para quién (marca, empresa, político, etc), cuántas horas va a durar, qué necesitan que haga y hasta qué estilo de vestimenta debo llevar, no es lo mismo presentar una obra de teatro infantil que conducir un acto político en el Palacio San Martín. Saber todo eso te da una idea de cómo va a ser el evento.
¿Cómo se calcula la tarifa que se le cobra a un cliente?
Se cobra por hora y/o por evento. Es algo complicado, si bien hay un tarifario en la SAL, a veces depende mucho del locutor o locutora, de la dimensión del evento y de quien te contrata. Yo ya tengo mis tarifas, que voy actualizando, a veces puedo ajustar el precio si van a ser muchos días y muchas horas, pero lo que sí recomendaría es nunca hacerlo gratis. Aunque parezca una obviedad, pasa. Y tu profesionalismo, tu capacidad de resolver imprevistos frente a una audiencia atenta, de desenvolverte frente al público, valen, más, menos, pero valen, así que está bueno que siempre recibas remuneración por tu labor y tu conocimiento.