Este locutor madagariense se inició en la televisión poniéndole su voz a los informes. Algunos meses más tarde comenzó con la locución de piso.
Finalmente con su cuota de humor y los chistes de «pasillo», Fabián Cerfoglio se convirtió en un integrante fundamental de los programas de televisión donde trabajó y trabaja.
Vos marcaste un nuevo estilo de hacer locución de piso… ¿Cómo surgió ese rol?
Anteriormente otros colegas habían incursionado en la locución en off de televisión metiendo bocadillos, haciendo algo similar a lo que hice yo en el programa que estaba en aquel momento que era Indomables.
Cuando se fue Lucho Avilés arrancó a reemplazarlo Mauro Viale y se descontracturó el programa. Nosotros en la productora teníamos mucho humor y nos reíamos de diferentes cosas, y las cosas que yo tiraba en el pasillo de la productora no las podía decir el aire, pero le pedí permiso al director ejecutivo y me dijo que estaría bueno que empiece a tirarlas.
Confió en mí y así fue. Empezaron siendo pequeños comentarios haciendo un poco de radio en televisión, siendo una especie del primer televidente.
Luego llegó tu paso por "Duro de Domar "donde tenías un rol muy activo. ¿Eso se planificó?
Lo que sucedió es que Pettinato además de ser un muy buen conductor, él le daba espacio a todos y encontraba en cada uno el personaje que tenía. Era muy generoso hacía todo para que sirva al show.
Yo le preguntaba a él para hacer algún chiste, pero él me decía no me digas nada antes sorprendeme al aire y él me enseñó que el error podía servir para el show.
Tus frases que se hicieron “virales” en una época sin redes sociales, ¿las pensabas antes del aire?
No, aparecían en el momento, no se estudiaba nada de eso. Más bien eran cosas que trascendieron de los pasillos de la productora.
Ahí pasaba todo. Por ejemplo el chiste del “Elo”, viene de mi pueblo que se usa el “Eh loquito”. El “Lalala” se me pegó porque lo decían Pablo y Pachu en “Deportes en el recuerdo”. A mi me salió hacerlo más lento, como que le bajé el pitch y quedó.
¿Cómo preparás tu trabajo hoy antes de la salida al aire?
Generalmente trato de hablar con un productor de comercial para que me de las indicaciones. En la hoja ya suelo tener la parte que me señala cuándo hablo y si lo hago sobre un paño de imágenes o si hay un remate con video.
En la hoja hago muchas marcaciones: resalto la marca, cómo se pronuncia, señalo las palabras difíciles.
También me hago marcaciones para ver si algo lo voy a decir “arriba” o más “abajo”.
¿Cómo se convive con el error en una tarea que requiere tanta atención y precisión?
Siempre aparece algún error en la adrenalina del vivo y los textos. Me ha pasado de equivocarme en una palabra el lunes y estoy mal hasta el viernes porque lo recuerdo.
El televidente quizás no se da cuenta, pero nosotros los locutores sí.
Me persigo mucho con el error, nunca estoy conforme con lo que hago. Puede estar bien y lo acepto, pero siempre creo que puede estar mejor.
Al principio me daba mucho miedo equivocarme porque en un programa podía tener entre 20 y 30 PNT´s. Yo me traía todo a casa para practicar, pero el ritmo te lo da el día a día. También le consultaba a otros colegas.
Además surge el problema de aprenderte de memoria algunas publicidades, porque un día te cambian el texto y podés seguir de largo con lo que tenés en tu cabeza.
¿Qué consejo le das a los locutores y locutoras que quieran hacer locución de piso?
Que le presten mucha atención cuando lo están haciendo otros. Hay que estar abiertos a eso, a escuchar. No para imitar, sino para ver cómo es la tarea y pensar en lo que haría uno.
Hay que escuchar hasta lo que a uno no le gusta porque de eso también se aprende mucho.